Francisco Puga, presidente de CIDERE Coquimbo
Dentro de la Reforma Tributaria propuesta por el Ejecutivo, la nueva propuesta de Royalty es uno de los puntos que ha motivado un mayor detenimiento
y análisis, sobre todo en las regiones mineras. En particular, debo hablar como representante gremial de la Región de Coquimbo, donde US$ 7.012 millones están proyectados en inversión minera según el catastro de Cochilco; un 24,3% del PIB se explica por esta actividad de forma directa e indirecta y donde
37% del empleo se vincula a la minería.
Hemos visto que, sumándose a otras cargas tributarias, se propone un gravamen ad valorem, es decir, sobre las ventas. Con esto, la tasa efectiva podría
llegar en torno al 59% de acuerdo con entinades consultoras internacionales expertas en materia de economía de minerales. Es decir, nos transformaríamos
en uno de los distritos mineros con mayores cargas tributarias. ¿Qué atractivo podrá tener Chile si otras jurisdicciones tienen cargas menores? ¿Cuántos
proyectos programados deberán ser replanteados por este impuesto? ¿Qué operaciones se verán en riesgo de cerrar? Como habitantes de una región minera donde sabemos que existen amplios encadenamientos productivos que podrían verse afectados, nos preocupa todo esto.
La inversión minera se traduce en concretar servicios con diferentes proveedores y emprendedores locales que se encargan de labores tan esenciales como la alimentación, transporte y alojamiento de los trabajadores y trabajadoras de la minería. Según estudios realizados en nuestra Región, por cada US$ 100 que se invierten en Coquimbo, se generan US$ 175 a la economía local de forma indirecta. Por eso creemos que la carga tributaria que se aplique debe ser muy bien estudiada. Nos parece que está en una línea correcta la idea de recaudar más, pero ¿qué pasa si se ahoga la capacidad de inversión? Nuestro ecosistema productivo es el que más se verá afectado.
No podemos dejar escapar las inversiones, sobre todo en una coyuntura de recuperación tras la pandemia y donde debemos hacer frente a la crisis climática.
Luchar contra el cambio climático requerirá una transición energética que demanda más minerales.
Sabemos que el cobre chileno que constituye casi un 30% de la producción mundial estará indeclinablemente presente en esta tarea, siempre y cuando,
juguemos estratégicamente nuestras cartas.
Por lo mismo, hacemos un llamado a moderar el proyecto de Royalty en la discusión legislativa, a hacerlo más razonable y transformarlo en una oportunidad de desarrollo para las regiones y su cadena de valor.